El Festival de Fado de Canarias, ESFADO 2018, se
celebrará de nuevo en el Teatro Leal los meses de marzo, abril y mayo, bajo el
patrocinio del Organismo Autónomo de Actividades Musicales (OAAM) del
Ayuntamiento de La Laguna y la dirección de Folelé Producciones. Esta segunda
edición, que reflejará a través de este género Patrimonio Cultural Inmaterial
de la Humanidad la influencia portuguesa existente en el archipiélago, estará
protagonizada por Katia Guerreiro, Ricardo Ribeiro y Maria Emília. Todos
los conciertos se celebrarán a las 20:30 horas.

ESFADO 2018 comenzará el 9 de marzo con la actuación de
Katia Guerreiro, primera artista portuguesa en cantar en la Gran Sala de la
Ópera de Lyon. Su carrera como cantante comenzó en el año 2000, con su
participación en el concierto homenaje a Amália Rodrigues, en el Coliseu de
Lisboa. Público y crítico se rindieron a su interpretación de Amor de
Mel, Amor de Fel y de Barco Negro.
El festival continuará el 20 de abril con Ricardo
Ribeiro, a quien, en 2008, la revista británica lo denominó como ‘The Rising
Star of Fado’ y dos años después, con la edición de Porta do
Coração, fue aclamado por la crítica y sus pares como una de las mayores
voces de su tiempo.
ESFADO 2018 finalizará el 10 de mayo con la voz de Maria
Emília, que aunque nació en São Paulo, Brasil, siempre estuvo en comunión con
este género. Actualmente, se le puede escuchar en la casa de fado más
prestigiosa de Lisboa, en el Clube de Fado en el Alfama.
La presidenta del OAAM, María José Castañeda, destaca la
importancia de celebrar por segundo año consecutivo en La Laguna el Festival de
Fado de Canarias, ya que se trata de un género artístico con muchos seguidores
en las islas.
“La primera edición contó con las actuaciones de Cuca
Roseta, Marco Rodrigues y Raquel Tavares, y fueron todo un éxito”, indica la
presidenta del OAAM. Los artistas participantes en este festival muestran al
público la magia y el encanto de “la canción de Lisboa”, un estilo musical
interpretado de manera tradicional por un solo cantante con el acompañamiento
de una guitarra acústica de cuerdas metálicas y de la guitarra portuguesa.

La propagación del fado por conducto de la emigración y
del circuito musical mundial no sólo ha consolidado su imagen de símbolo de la
identidad portuguesa, sino que también ha dado lugar a intercambios
interculturales con otras tradiciones musicales. Desde el 27 de noviembre de
2011, el fado está inscrito en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural
Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.