La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Canarias y el Ayuntamiento de La Laguna han inaugurado hoy en el entorno de La Cuesta el ‘Bosque de la Solidaridad’, una plantación de árboles con la que se pretende conmemorar el Día Mundial de Los Refugiados y cuya celebración tendrá lugar mañana en todo el planeta.

Al acto asistió el alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, quien aprovechó la ocasión para poner en valor la gran labor integradora y social que desempeña CEAR en España con los miles de refugiados que piden asilo o precisan de algún tipo de atención cada año.
El acto se desarrolló en el Parque José Segura y Clavell y contó también con la participación del responsable de participación de CEAR Canarias, Juan Moreno, los tenientes de alcalde Alejandro Marrero y Yaiza López; el concejal de Bienestar Social, Rubens Ascanio, el exalcalde de La Laguna, José Segura, y la directora de la Biblioteca Municipal, Elena Corarelo.
“El Ayuntamiento de La Laguna ha demostrado en sus primeros días de nuevo gobierno su intención de trabajar por la inclusión de todos los colectivos, como cualquier sociedad moderna que se precie, y por ello hemos puesto en marcha una concejalía específica destinada a Igualdad, LGTBI y Calidad de Vida”, señaló el alcalde lagunero.
“Este sólo es el primer paso hacia un futuro integrador en el que todos, sea cual sea nuestro origen o condición, tengamos los mismos derechos como ciudadanos”, añadió Luis Yeray.
El alcalde finalizó destacando que “congregar en un mismo espacio olivos, ceibas y talhas, procedentes de Palestina, Colombia, Sahara y Canarias, para que convivan conformando un único ecosistema, nos debe servir de símil del camino que debemos andar como sociedad para conseguir la plena integración de todas las personas, independientemente de su nacionalidad”.

Será un homenaje permanente a la memoria de estos pueblo que han sufrido agresiones y violaciones de los derechos humanos. Junto a esas especies convivirá el drago canario, símbolo de acogida y solidaridad, que crecerán de la mano de las niñas y niños del barrio lagunero de La Cuesta, como signo de esperanza y testigo de futuro.