El desfile de Diablos y Tarasca 2019, organizado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento
de La Laguna con la colaboración de la Dirección General de Patrimonio
Cultural del Gobierno de Canarias, 
tendrá lugar el próximo 20 de junio a partir de las 19:00 horas.


El
tradicional desfile de antiguos ritos del Corpus Christi de La Laguna tendrá
como principal novedad con el diseño de una nueva Tarasca, que ha sido realizado por el imaginero Ibrahim Hernández, quien ha explicado que 
ha seguido “la misma línea que la antigua”, por lo que “es una especie de dragón, algo más realista en proporciones que la anterior, con más movimiento”.
La
antigua fiesta del Corpus Christi fue el caldo de cultivo de numerosas
expresiones festivas y etnográficas. Su importancia no está solo en el interés
histórico o en el romántico rescate de tradiciones, sino que ofrece la
comprensión simbólica de elementos tan familiares hoy en día como los bailes de
cintas, los gigantes y cabezudos, los caballitos, los diablos, etc.
El
desfile partirá de la Plaza Doctor Olivera, para bajar por la calle Herradores,
hasta la intersección con Tabares de Cala y volver a subir por la calle Obispo
Rey Redondo (Carrera) hacia la Torre de la Concepción, tras haber atravesado la
plaza de la Concepción.
Participarán
un total de 19 colectivos, contando con la novedad del Gremio de las Vestiduras, en el que se agrupan varias
profesiones, como laneros, costureras, caladoras, etc. El resto de grupos
participantes son: Banda Sinfónica de la Universidad de La Laguna (ULL);
Gigantes y Cabezudos; Gremio de los Sombrereros; Danza de Guamasa; Gremio de
los Zapateros; Diabletes de Teguise (Lanzarote); Danza de Espadas; Caballitos
de Fuego; Banda de Música del Puerto de la Cruz; Gremio de Agricultores; Danza
de Matachines; San Juan y los Diablos; Danza del Águila; Danza del Pelicano,
Asociación Cultural Libreas del Palmar; La Tarasca y la Banda Tambores y
Cornetas San Miguel.
Corpus Christi Tradicional
de La Laguna
“La
fiesta del Corpus Christi es la más antigua de La Laguna. Nació nen 1496 cuanto
ésta era todavía un campamento militar. Convertida en festividad por
antonomasia de la Iglesia y en símbolo de su victoria contra el mal, muestra su
voluntad sincrética de integrar creencias y devociones de diverso origen y
naturaleza. Agrupa la sangre y el despertar de la Naturaleza. Constituye la
expresión más señera del nuevo orden político y religioso que se había erigido.
Fue financiada desde un principio por los gremios y por el ayuntamiento
lagunero.
Su
eje central es su procesión, que revela la simbiosis entre el Cuerpo de Cristo
y el de social. Se configura como la escenificación de la exaltación del Dogma
y de la estricta división en clases y grupos de la sociedad. La apoteosis de la
Naturaleza se muestra en la recogida de ramas y flores, desempeñada por los
gremios. La vegetación cubría todas las calles con sus arcos frutales, sus
ramas altas y el suelo alfombrado con flores y follaje.
Era
la fiesta votiva de la sociedad concebida como cuerpo que homenajea al Señor
por la fecundidad de la tierra. Plasma una gran alegoría de su estructura
social de La Laguna al alinearla como un desfile en riguroso orden piramidal de
las distintas agrupaciones sociales (gremios, cofradías, cleros, autoridades,
etc.), que, según su distinción y calidad, renovaban anualmente mediante este
acto el mito ancestral y sustantivo del mundo feudal, es decir, la
representación imaginaria de la realidad en forma jerarquizada. Junto con ella
desfilan en batalla simbólica las encarnaciones del mal, que son derrotadas por
la Eucaristía: los diablos, la bicha o tarasca, junto con los matachines, los
gigantes y los cabezudos.
La
invocación a la fecundidad queda plasmada en los árboles que proporcionan el
fruto y con ello la continuidad de la vida. Si el Jueves de Corpus mostraba el
agradecimiento de todo el tejido social jerarquizado al Dios protector para
garantizar la continuidad del orden social y de las cosechas, la Octava era
precisamente la confirmación de esa resurrección, justamente ocho días después.
La redención mediante el fuego y las velas ha ayudado al Cristo Sol a continuar
expandiendo el calor de sus rayos sobre la faz de la tierra. La Sangre de
Cristo ha redimido al mundo y resucitado la simiente”.